
El IVA en los coches de segunda mano depende de quién vende el vehículo. Si compras a un particular, sólo se aplica el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que varía según la comunidad autónoma. En cambio, si el coche lo vende un profesional o concesionario, sí puede llevarlo.
En este caso, hay dos formas de aplicarlo: el IVA general del 21% sobre el precio total o mediante el Régimen Especial de Bienes Usados (REBU), que grava solo el margen de beneficio del vendedor. Es importante revisar siempre la factura para saber si está incluido o no, especialmente si eres autónomo o empresa y quieres deducirlo.
¿En qué situaciones se aplica el IVA de los coches de segunda mano?
El IVA de los coches de segunda mano se aplica cuando el vendedor es un profesional o empresa, como un concesionario o compraventa. En estos casos, el vehículo puede estar sujeto a dos regímenes fiscales diferentes: el Impuesto sobre el Valor Añadido general o el Régimen Especial de Bienes Usados.
El general del 21% se aplica cuando el coche fue adquirido originalmente con derecho a deducción, por ejemplo, en el caso de vehículos provenientes de renting, leasing o flotas de empresa. En estas operaciones, se desglosa en la factura y puede ser deducible si el comprador es autónomo o empresa.
Por otro lado, si el concesionario adquirió el coche a un particular, se suele aplicar el REBU, donde el Impuesto sobre el Valor Añadido no se aplica sobre el precio total del vehículo, sino únicamente sobre el margen de beneficio del vendedor. En este régimen, este impuesto no aparece desglosado en la factura. En cambio, si compras un coche de segunda mano a un particular, no se aplica, sino el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales. Por tanto, solo se aplica en operaciones entre profesionales o empresas, y el régimen depende del origen del vehículo.
¿Cómo calcular el IVA de los coches de segunda mano?
Calcular el IVA de un coche de segunda mano depende del régimen fiscal que se aplique. Si el vehículo está sujeto al Impuesto sobre el Valor Añadido general, se calcula aplicando el 21% sobre el precio de venta antes de impuestos. Por ejemplo, si el precio sin impuestos es de 10.000 euros, el impuesto será de 2.100 euros, sumando un total de 12.100 euros.
En cambio, si se aplica el Régimen Especial de Bienes Usados, el Impuesto sobre el Valor Añadido no se calcula sobre el total, sino únicamente sobre el margen de beneficio del vendedor. En este caso, el impuesto no aparece desglosado en la factura. Para saber qué régimen se aplica, es importante revisar la factura y consultar con el vendedor o asesor fiscal.
¿Quién no tiene que pagar el IVA de los coches de segunda mano?
No tienen que pagar el IVA de los coches de segunda mano aquellas personas que compran el vehículo a un particular. En este tipo de operaciones entre particulares, no se aplica el Impuesto sobre el Valor Añadido, sino el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que paga el comprador y cuyo porcentaje varía según la comunidad autónoma (normalmente entre el 4% y el 8%).
Además, los particulares vendedores tampoco deben aplicar ni declararlo, ya que no actúan como profesionales. Por tanto, siempre que la compra-venta se realice entre personas físicas sin actividad económica, el IVA no interviene.
¿Cómo saber si el coche lleva el Impuesto sobre el Valor Añadido?
Para saber si un coche de segunda mano lleva el Impuesto sobre el Valor Añadido, lo más fiable es revisar la factura de venta. Si el vehículo lleva el impuesto, la factura debe incluirlo de forma desglosada o indicar que se aplica el REBU. Si en la factura aparece una línea con el IVA del 21% aplicado al precio base, significa que el coche está sujeto al régimen general.
Esto es común en vehículos procedentes de renting, leasing o flotas de empresa. Si la factura no lo desglosa, pero menciona que se acoge al REBU, el coche lleva IVA, pero solo sobre el margen de beneficio del vendedor. En cambio, si compras a un particular, no hay factura con IVA, solo un contrato de compraventa y deberás pagar el ITP.